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Psicomotricidad en Octopus

Al contrario que la gran mayoría de los animales, el ser humano es dependiente al nacer, necesitamos a una figura adulta para alimentarnos, movernos, limpiarnos... Sin embargo, podemos y debemos ofrecer espacios seguros y estimulantes en los que explorar su cuerpo y capacidades de acción.  

Mover los ojos, girar la cabeza, voltearse estando tumbados, abrir y cerrar la mano, levantar el torso, reptar, sentarse, gatear, trepar, caminar, ensartar una pelota en un agujero, mantenerse sentado sobre un balón, coger una cera de colores, golpear un balón, mantenerse sobre un pie, lanzar una pelota, coger una pelota al vuelo, caminar hacia atrás, saltar con un pie, comer, desvestirse, vestirse,... esta es una pequeñísima lista de todo lo que aprenden en tres años.

 

Es importante conocer el momento evolutivo de cada peque, de la etapa de infantil y primaria, pues de esta forma nos aseguramos que no nos adelantamos a su desarrollo natural, interfiriendo de forma negativa en su autonomía y esquema corporal, tal como nos dictan los estudios de Emmi Pikler. 

 

Las acompañantes estamos abiertas a atender cualquier duda o inquietud de las familias sobre el desarrollo de su peque, pudiendo llegar a programar junto a un equipo de atención temprana un plan de acción si se detectase un retraso madurativo que así lo requieriese.

 

La sala diseñada para atender el desarrollo de la motricidad gruesa cuenta con: túnel de gateo, pelota gigante, rulos, rampas, cuerdas para trepar, hamaca, semiesferas para el equilibrio, telas, churros, aros, bicicletas...

 

Más información sobre el material y las sesiones en el blog

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